lunes, 18 de junio de 2012

que podemos hablar con Jesús



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QUINCE MINUTOS DEN COMPAÑÍA DE JESÚS 

no es preciso hijo mío saber mucho para agradarme mucho basta que me ames con fervor, háblame sencillamente como hablarías al mas intimo de tus amigos a tu madre, a tu padre o a tu hermano
¿Necesitas hacer un favor a alguien una suplica cualquiera?
dime su nombre ya sea el de tus padres, hermanos amigos o conocidos
dime que quisieras que hiciera por ellos pide mucho, mucho no vaciles en pedir, me gustan los corazones generosos que llegan a olvidarse de cierto modo de si mismo para atender a las necesidades ajenas, háblame con sencillez, con llenura, de los pobres a los que quisieras consolar, de los enfermos a los que ves padecer, de los extraviados que deseas volver al buen camino, de los amigos ausentes que deseas ver otra ves a tu lado
dime por todos una palabra de amigo entrañable y fervorosa 
recuerda que prometí escuchar toda suplica que sale del corazón
¿y no ha de salir del corazón un ruego queme dirigías por aquellos a los que tu corazón ama especialmente?
y para ti ¿no necesitas alguna gracia?
Hazme si quieres una lista de tus necesidades y léela en mi presencia...
Dime francamente que sientes soberbia, amor a la sensualidad y al regalo, que eres tal vez egoísta inconsciente y negligente...
y pídeme luego que venga en ayuda de los esfuerzos pocos o muchos que haces para sacudir de encima de ti tales miserias 
No te avergüences ¡pobre alma! ¡hay en el cielo tantos justos, tantos santos de primer orden, que tuvieron esos mismos defectos! pero rogaron con humildad...y poco a poco se vieron libres de ellos...ni menos vaciles en pedirme bienes espirituales y corporales: salud , memoria, éxito feliz en tus trabajos negocios o estudios; todo esto puedo darlo y lo doy y espero que me lo pides en cuanto no se oponga, antes favorezca y ayude a tu santificación 
Por hoy ¿que necesitas? ¿Que puedo hacer en tu bien? ¡si supieras los deseos que tengo de favorecerte! ¿Traes ahora mismo entre manos un proyecto? cuéntamelo todo minuciosamente ¿que te preocupa, que piensa, que deseas, que quieres que haga por tu hermano, hermana, amigo  o superior...que desearías hacer por ellos?  
¿Y por mi no sientes deseos de mi gloria? ¿ no quisieras hacer algún bien a tus prójimos, a quienes amas mucho y que viven quizás olvidados de mi? dime que cosa solicita hoy particularmente tu atención, que anhelas mas vivamente y con que medios cuentas para conseguirlo, dime si te sale mal la empresa y yo te diré las causas del mal éxito no quisieras que me interesara un poco en tu favor?... hijo mío soy dueño de los corazones y dulcemente los llevo, sin perjuicio de su libertad a donde me place   
sientes acaso 
¿Sientes acaso tristeza o mal humor?... Cuéntame, cuéntame, alma desconsolada, tus tristezas con todos sus pormenores. ¿Quién te hirió? ¿Quién lastimó tu amor propio? ¿Quién te ha despreciado? Acércate a mi Corazón, que tiene bálsamo eficaz para curar todas esas heridas del tuyo. Cuéntamelo todo, y acabarás en breve por decirme que, a semejanza de Mí, todo lo perdonas, todo lo olvidas, y en pago recibirás mi consoladora bendición                                    
¿Temes por ventura? ¿Sientes en tu alma aquella vaga melancolía que, no por ser infundadas, dejan de ser desgarradoras? Échate en brazos de mi Providencia. Contigo estoy; aquí, a tu lado me tienes; todo lo veo, todo lo oigo, ni un momento te desamparo... ¿Sientes desvío de parte de personas que antes te quisieron bien, y ahora, olvidadas, se alejan de ti sin que les hayas dado el menor motivo? Ruega por ellas, y yo las volveré a tu lado, si no han de ser obstáculo a tu santificación.
¿Y no tienes tal vez alguna alegría que comunicarme? ¿Por qué
no me haces participe de ella  a fuerza de buen amigo cuéntame lo que desde ayer desde la ultima visita que me hiciste ha consolado y a hecho sonreír tu corazón, quizás has tenido agradables sorpresas, quizás viste disipados negros recelos y quizás recibiste agradables noticias alguna carta o muestra de cariño, has vencido alguna dificultad o salido de un lance apurado  
Obra mía es todo esto, y Yo te lo he proporcionado: ¿por qué no has de manifestarme por ello tu gratitud y decirme sencillamente, como hijo a su padre: ¡Gracias, Padre mío, gracias! El agradecimiento trae consigo nuevos beneficios, porque al bienhechor le agrada verse correspondido
¿Tampoco tienes alguna promesa que hacerme? Leo, ya lo
Sabes, en el fondo de tu corazón. A los hombres se les engaña 
Fácilmente, a Dios no; háblame, pues, con toda sinceridad.
¿Tienes firme resolución de no exponerte ya más a la ocasión
 Aquella de pecado? ¿De privarte de aquel objeto que te dañó?
¿De no leer más aquel libro que avive tu imaginación? ¿De no tratar más a la persona que turbó la paz de tu alma? ¿Volverás a 
ser dulce, amable y condescendiente con aquella otra a quien, 
Por haberte faltado, has mirado como enemiga?   
Ahora bien, hijo mío: vuelve a tus ocupaciones habituales; al taller, a la familia, al estudio...; pero no olvides los quince minutos de grata conversación que hemos tenido aquí los dos, en la soledad del santuario. Guarda en cuanto puedas silencio, modestia, recogimiento, resignación, caridad con el prójimo. Ama a mi Madre, que lo es también tuya, y vuelve otra vez mañana con el corazón más amoroso, más entregado a mi servicio. En mi Corazón hallarás cada día nuevo amor, nuevos beneficios, consuelos nuevos.

                                        

            

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